Instrucciones para no desaparecer es una obra en perpetuo desarrollo.

Aquí, la imagen no es documento ni resultado final. Es materia viva, en transformación constante.

Una obra sin fin, sin forma definitiva, sin destino cerrado.

No busca completarse ni exhibirse como objeto terminado, sino habitar el tiempo y dejar rastro.

Cada imagen que aparece en esta sección es un gesto de permanencia, una forma de seguir preguntando, de experimentar, de resistir a la desaparición.

Inspirada en la tradición del non finito, el arte de proceso y los archivos visuales como pensamiento (como los de Aby Warburg), esta sección es un lugar donde la imagen no ilustra, sino que construye sentido.

No hay orden fijo. No hay jerarquía.

Cada imagen puede contradecir a la anterior, superponerse, desvanecerse o abrir otra pregunta.

¿Qué implica mirar sin necesidad de cerrar?

¿Cómo se transforma una imagen al ser desplazada, reutilizada, recortada o recontextualizada?

Estas no son respuestas.

Son instrucciones para no desaparecer.