El Encapsulado es una instalación escultórica situada en el entorno doméstico que explora la huella del cuerpo humano a través de elementos cotidianos como agua, ropa y plásticos, dispuestos en el interior de una bañera. La obra utiliza estos materiales para construir una representación estética del cuerpo inmerso en su espacio íntimo y habitual.

El agua simboliza la fragilidad y la transitoriedad de la existencia humana, mientras que el plástico actúa como una capa de encapsulación, evocando protección, separación y aislamiento. A través de esta disposición, la pieza reflexiona sobre la intimidad, la vulnerabilidad y la tensión entre presencia y ausencia. La instalación propone así una lectura poética del cuerpo humano encapsulado en su propio entorno, destacando la dimensión emocional y simbólica del espacio cotidiano.